La actual ola masiva de inversión en la producción de energía basada en el cultivo y procesamiento industrial de materias vegetales como el maíz, la soja, la palma aceitera, la caña de azúcar, etc., no resolverá ni la crisis climática ni la energética. Asimismo, traerá desastrosas consecuencias sociales y medioambientales. Crea una nueva y muy seria amenaza sobre la producción de alimentos por los pequeños campesinos y el logro de la soberanía alimentaria de la población mundial.
Durante los últimos veinte años, las políticas neoliberales adoptadas globalmente han fallado al responder a las necesidades básicas de las personas. Las promesas de la FAO en la Cumbre Mundial sobre Alimentación de 1996 y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU de sacar a las personas de la pobreza no se han cumplido. Muchas más personas están sufriendo hambre.
Durante los últimos veinte años, las políticas neoliberales adoptadas globalmente han fallado al responder a las necesidades básicas de las personas. Las promesas de la FAO en la Cumbre Mundial sobre Alimentación de 1996 y en los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU de sacar a las personas de la pobreza no se han cumplido. Muchas más personas están sufriendo hambre.