A principios del siglo XX Canarias era una tierra poco desarrollada, con unas escasas posibilidades de formación y las personas que salían fuera eran, como dice el periodista, básicamente trabajadores con bajo nivel académico y formativo. "En Canarias trabajaban en la agricultura y en Cuba se buscaron la vida haciendo lo mismo, y allí el auge del tabaco y la caña de azúcar les dio las posibilidades de desarrollarse, aunque también en las primeras décadas del siglo XX se radicaron personas de un perfil más intelectual, sobre todo periodistas, escritores y pintores. Pero el patrón básico fue el campesino que buscó otra tierra para cultivar", señala.La huella canaria en Cuba es diametralmente opuesta a la española peninsular. Según explica Fuentes, "el español se vio como un colono que vino a esquilmar una tierra que no era suya y, en la segunda mitad del siglo XX, adoptaba el papel de un turista que viajaba para disfrutar de los placeres del Caribe. Quiero reivindicar la memoria canaria en Cuba y el aprecio que nos tienen a los canarios allí. Y también lamentar que, a día de hoy, la plaza más noble de Santa Cruz de Tenerife tenga el nombre de uno de los personajes más infames que ha llevado España a Cuba, como es Valeriano Weyler, y que no haya un sitio público que reconozca la importancia que ha tenido Canarias en Cuba, y no se sepa quién es José Martí, o Ernesto Lecuona