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En Cuba los organopónicos urbanos cubren aproximadamente 30 mil hectáreas que producen más de 3 millones de toneladas de verdura fresca al año. En El Alto, Bolivia, los microhuertos familiares benefician a más de 500 familias pobres urbanas que viven cerca de los 4.000 metros, aprovechando el uso de tecnologías apropiadas como las carpas solares.
En Curitiba, Brasil, unos 8 mil agricultores urbanos y 6 mil escolares cultivan alimentos en 1 280 huertas que ocupan más de 200 hectáreas de suelos urbanos en los que logran producir más de 4 100 toneladas de alimentos. En Belo Horizonte, se ha integrado la AUP en su política de seguridad alimentaria y en el ordenamiento territorial y uso del suelo urbano.