La abundancia de lluvias y las altas temperaturas de campañas agrícolas como la pasada han originado la aparición de nuevos patógenos de suelo que generan enfermedades hasta ahora prácticamente inexistentes en el cultivo de la fresa y que provocan la muerte de la planta.
Así la precisado en declaraciones a Efe, la investigadora del centro del Ifapa Las Torres y Tomejil, Berta de los Santos García, estos nuevos hongos -Macrophomina phaseolina y Fusarium oxysporum-, se habían detectado antes, en el año 2005, pero "no con una incidencia tan alta en los cultivos como ahora, cuando han producido la muerte de plantas".
El Fusarium oxysporum "es un patógeno considerado subletal y que se mantenía en los suelos a pesar de las desinfecciones, pero nunca había ocasionado muerte de plantas".
Para controlarlos, hay productos químicos como la cloridripina que "va muy bien", ha precisado y alternativas biológicas como la denominada biosolarización.
La biosolarización consiste la aplicación al suelo, durante mediados de julio, de gran cantidad de materia orgánica -estiércol de gallina- y una vez preparado se procede a cubrirlo con un plástico transparente.
La descomposición de los gases es desinfectante y el propio calor del sol al penetrar en el plástico produce la pasteurización del suelo preparándolo para el cultivo en condiciones adecuadas.