
Los incrementos de los precios de los cereales (piensos para la “ración” del animal), y de los carburantes son los factores que están invirtiendo el destino de este sector. La pequeña escala relativa de las instalaciones ganaderas, la lejanía con respecto a los mercados y a sus abastecedores de insumos principales, la pérdida del poder adquisitivo interior, la competencia con productos subvencionados a través del Régimen Específico de Abastecimiento (este último factor importante, pero no el único, como podemos ver) son los restantes factores que hacen vulnerable esta actividad.