Durante años, la agricultura y la ganadería han sido relegadas a un plano casi marginal en Occidente, que ha delegado la elaboración de alimentos a los países menos desarrollados y ha querido olvidarse del peligro del desabastecimiento. Hasta ayer bastaba con ir al supermercado para encontrar de todo, pero las cosas pueden estar cambiando. El miércoles, el espectro de la escasez se asomaba en Estados Unidos, donde dos establecimientos anunciaban el racionamiento de un producto tan básico como el arroz.Seguir leyendo noticia
El futuro son precios más altos
Tanto David Coll como Josep M. Besora coinciden en una cosa. En el mejor de los escenarios - en el que no se divise un conflicto en el horizonte- los precios de los alimentos se harán más volátiles. Y sobre todo serán más elevados. Esto es válido para los alimentos básicos, pero también para los elaborados, por el crecimiento de los costes de la materia prima.
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En la actual crisis alimentaria confluye la emergencia de grandes consumidores como China e India, la sequía en países productores como Australia y la irrupción de los especuladores financieros en el sector. Todo ello ha devuelto a la agricultura y la ganadería a la primera línea de la agenda política de los grandes países mundiales, inquietos porque ahora la inflación viene de los alimentos.