
La oferta de alimentos quedó disminuida en momentos en que aumenta la demanda mundial de granos básicos y que los cambios de dieta en Asia -más consumo de carnes, leche y quesos- priorizan el engorde de animales con cereales.
Esto ha dejado muy bajos los inventarios mundiales de trigo y arroz, según King, y los bancos centrales agravaron la situación al considerar -en sus cálculos de inflación- que los aumentos de precios en los alimentos eran ‘un caso de mala suerte’ y no una ‘persistente’ tendencia de fondo.
Para los países en desarrollo, el alza de precio en los alimentos es un problema serio porque la comida es un factor muy importante o el principal en el gasto de los consumidores.
Los analistas recuerdan que en muchos países los intermediarios están acaparando los granos para ganar aun más, provocando una escasez artificial que aumenta los precios de venta a los consumidores.