
En unas islas cuyas principales disponibilidades hídricas son las aguas subterráneas, un descenso de las entradas a los acuíferos de casi la mitad, plantea la necesidad, según los expertos en la materia, de que las distintas administraciones tomen cartas en el asunto porque a corto plazo podrá llegar a estar amenazado el abastecimiento urbano y la demanda agraria para mantener los cultivos existentes en una situación climatológica adversa