
El cultivo representa para Chiapas una alternativa productiva, económica, social y ecológica, ya que la palma africana se impulsa en zonas ya devastadas, las que a través de varias décadas se han utilizado para la ganadería intensiva u otras actividades que han resultado improductivas y dañinas al medio ambiente.
De acuerdo con el Instituto de Fomento a la Agricultura Tropical (IFAT) de la Secretaría del Campo del Estado, se ha puesto en marcha una estrategia para buscar que en los próximos cuatro años se tengan ya establecidas cien mil hectáreas de la oleaginosa en la entidad.
De llegar a ello, Chiapas se podría colocar entre los principales productores de aceite comestible en México, pero también como generador de biocombustibles y materia prima ecológica con fines industriales.