El abandono de las tierras ha llevado no sólo a la ausencia de aguas de las que también 'bebía' esta especie, sino al desmoronamiento de los muros, con 'la consiguiente pérdida de aguas de lluvia --que también han disminuido-- cuando caen porque no hay forma de empozar este agua, sino que corre barranco abajo', apuntó el técnico.Este ha recordado además, la importancia de la poda que se practicaba sobre la palmera, así como la extracción del guarapo que ha permitido conservar la especie en la mejor de sus condiciones, viéndose menos afectada por invasiones y desplazamientos como especie que en el resto de las islas.Miralles se mostró rotundo y alertó de la 'necesidad de proteger esta isla para garantizar la vida futura de la palmera canaria', que progresivamente ha ido desapareciendo de Canarias y viéndose afectada por plagas tan dañinas como el picudo rojo 'para quien nuestra palmera es un verdadero manjar'. A esto hay que sumarle los incendios que también han ido mermando el número de ejemplares en la conocida como Isla Colombina.