Se trata de la misma denuncia que vienen realizando insistentemente desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Canarias (COAG) en los últimos tiempos. Según Rafael Hernández, presidente de esta Coordinadora, los desmedidos márgenes de beneficios que se llevan los intermediarios de productos del campo llegan a ser hasta del 400%. Esta es la increíble diferencia que puede existir entre lo que percibe el cultivador y lo que, finalmente, paga el consumidor cuando acude a realizar sus compras. “El principal tramo de especulación en los productos alimenticios está - afirma Hernández - en los grandes distribuidores, que cada vez son menos, de tal forma que el mercado de Canarias está en manos de tres empresas”. Una situación de oligopolio en la distribución que permite a dichos distribuidores fijar los abusivos precios que terminan pagando los consumidores. “Entre estas tres empresas - aclara el presidente de la COAG - ponen el precio del 50% de los productos, lo que supone un abuso de su posición de dominio del mercado”.