El precio de la carne de cordero ha subido en las tiendas un cuatro por ciento en los últimos 22 meses; lo que le pagan al ganadero ha bajado, mientras tanto, el 22 por ciento. Con el porcino ocurre algo parecido: desde junio pasado su precio se ha elevado en supermercados y grandes superficies sólo un dos por ciento, pero es que los productores cobran un 25 por ciento menos.Son dos ejemplos de sendos estudios hechos por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-UCE) y que ayer esgrimía su secretario regional, Ignacio Huertas, para anunciar que la situación de los ganaderos es «insostenible», están ya «hartos» y dentro de una semana se van a manifestar en Madrid. Además, van a empezar a recoger firmas para promover una ley que regule los márgenes comerciales de las grandes superficies.Tres frente a un millónEntre tres compañías, Eroski, Mercadona y Carrefour, controlan el 49 por ciento de la distribución de alimentos en España, mientras que la producción está atomizada entre 900.000 agricultores y ganaderos y 4.000 cooperativas.Es por ello, razona Huertas, que mientras los precios en origen caen estrepitosamente, los que paga el consumidor no acusan ese descenso sino que hasta en esta época de crisis económica generalizada baten la inflación.La carne de ternera es un tercer ejemplo: desde enero del año pasado su precio se ha elevado en los puntos de venta un ocho por ciento, mientras a los ganaderos les pagan un siete por ciento menos.La ganadería extremeña en este último año y medio ha perdido 76 millones de euros y lo que es peor, 2.500 explotaciones han cerrado de las 30.000 que había.Los costes que afrontan los ganaderos están al alza (piensos, abonos y combustibles) pero no los pueden repercutir en el precio de venta a los mayoristas. El porcino ibérico de cebo está a la cabeza del desastre y acumula el 40 por ciento de las pérdidas totales en la ganadería.