En los últimos años, el sector ganadero gallego viene demandando un cultivo de invierno que pueda ser utilizado con buenos resultados en rotación con el maíz, el principal forraje de verano del País. Los labradores se decantaron, en la última mitad del siglo XX, por el cultivo del raigrás italiano, lo que les permitía contar con alimento fresco para el ganado en la estación invernal. Sin embargo, los tiempos mudaron. Las dificultades de esta gramínea para su cosecha y ensilado –son precisos dos cortes, al final del invierno, cuando es difícil el ensilado por las condiciones climatológicas, y en primavera- hace necesario procurar alternativas, que urgen aún más ante la creciente intensificación de la actividad ganadera. Surge así la preocupación por encontrar un cultivo forrajero que pueda recogerse de una manera más sencilla, en una sola cosecha, para lo ensilado, y que produzca además un forraje de alta calidad, rica en proteína, que permita reducir la compra de concentrados proteicos. El chícharo, cultivado conjuntamente con el triticale, la raíz de las investigaciones que realiza el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), despunta como una de las soluciones más idóneas.