Por ejemplo, "en el caso de la papa -explica Francisca a SEMlac- hombres y mujeres compartimos conocimientos sobre el cultivo, cómo crece y cuáles son los lugares más aptos. Pero somos nosotras las que conocemos cuáles son buenas para comer, en qué platos, cuáles sirven para semilla, qué papas son buenas para curar enfermedades..."
"Estamos organizadas en grupos de mujeres para diferentes funciones. Uno (de esos grupos) se encarga de seleccionar las semillas, cuidarlas, guardarlas bien en los almacenes y que puedan estar disponibles para todos, cuando las necesiten, porque los arariwas no pensamos sólo en nosotros, pensamos en la comunidad, en el futuro, tal como lo hicimos en el pasado", añade.
Nos encontramos a más de 4.000 metros de altura, en la comunidad de Paru-Paru, la más alta de las seis que conforman el Parque, y somos testigos de un acontecimiento singular: el encuentro de dos visiones, la de la ciencia moderna -representada por un centenar de científicos que asisten a una conferencia mundial sobre la papa- y la de los saberes ancestrales, muchos de los cuales se remontan a las primeras culturas que habitaron estos parajes, hace miles de años.
"Estamos organizadas en grupos de mujeres para diferentes funciones. Uno (de esos grupos) se encarga de seleccionar las semillas, cuidarlas, guardarlas bien en los almacenes y que puedan estar disponibles para todos, cuando las necesiten, porque los arariwas no pensamos sólo en nosotros, pensamos en la comunidad, en el futuro, tal como lo hicimos en el pasado", añade.
Nos encontramos a más de 4.000 metros de altura, en la comunidad de Paru-Paru, la más alta de las seis que conforman el Parque, y somos testigos de un acontecimiento singular: el encuentro de dos visiones, la de la ciencia moderna -representada por un centenar de científicos que asisten a una conferencia mundial sobre la papa- y la de los saberes ancestrales, muchos de los cuales se remontan a las primeras culturas que habitaron estos parajes, hace miles de años.