Japón ha puesto en marcha, desde diciembre de 2007, una planta que permite reutilizar los desechos y restos de comida. El tratamiento de esta biomasa permite generar un nuevo abono que, después, se puede utilizar para la producción de nuevos alimentos frescos. La planta, ubicada en la ciudad de Sakura, en la provincia de Chiba, recibe los restos de comida de los centros comerciales y el abono se distribuye entre esos mismos establecimientos.