Cuando un encargado del servicio de comidas que trabajaba para el Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC) fue a un mercado en China el año pasado, encontró una pieza de pollo -media pechuga- que medía 35 centímetros. "Lo suficiente para alimentar a una familia de ocho miembros", comenta Frank Puleo. "Lo sometimos a un análisis y estaba tan lleno de esteroides que no podríamos habérselo dado a los deportistas. Todos habrían dado positivo".Al prepararse para llevar a una delegación de más de 600 deportistas a los Juegos de Pekín, el USOC afronta cuestiones alimentarias que van más allá del pollo cebado de esteroides. En los últimos años, se ha descubierto que algunos alimentos en China están contaminados con insecticidas y medicamentos veterinarios ilegales. (...) En los últimos dos años, el USOC ha intentado averiguar la forma de evitar esos peligros en los Juegos. Ha cerrado acuerdos con varios patrocinadores, como Kellogg's y Tyson Foods, que enviarán 11.000 kilos de proteínas magras a China unos dos meses antes de la ceremonia inaugural, pero contratarán a vendedores e importadores locales para asegurarse otros alimentos y equipamientos de cocina.