En la helada isla noruega de Svalbard se ha excavado una cámara subterránea para almacenar muestras de semillas de todo el mundo. Es fruto de una colaboración internacional entre científicos y gobiernos y reúne valiosos recursos genéticos que podrían ayudarnos a adaptar el abastecimiento de alimentos al cambio climático. La tercera parte de la biodiversidad de los cultivos se ha perdido durante el último siglo, por lo que se necesita una acción drástica para evitar que los cultivos alimentarios restantes sigan el mismo camino. Tal acción se puso en marcha a finales de febrero de 2008, cuando abrió sus puertas la Bóveda Global de Semillas (Global Seed Vault). A las pocas horas de la gran inauguración se habían catalogado, codificado y almacenado unas 268.000 muestras que contenían más de 100 millones de semillas individuales provenientes de 220 países. Estas muestras fueron enviadas por veinte institutos de investigación y colecciones nacionales de semillas. La cámara subterránea podría llegar a contener más de dos mil millones de semillas.