Los más de 600 mil campesinos que cultivan este tubérculo en el Perú viven en zonas precarias, muchas veces aislados, con escasos recursos y conforman un cinturón de pobreza extrema en los Andes. Es que, con o sin año internacional, la situación de los agricultores de papa (así se le llama en Perú) sigue siendo precaria. Teodoro Cárdenas (62), huancaíno y agricultor veterano de la papa, lamenta que este tubérculo no tenga hasta ahora el respaldo que se merece por parte de su gobierno. Para él no hay año internacional de la papa. Su lucha diaria está en la guerra de precios, en la pugna porque el mayorista le pague un mejor precio por su cosecha, o que la helada no diezme sus productos. "Cuánto quisiéramos que el gobierno nos traiga innovación tecnológica para poder competir mejor, pero no es así. En todo el valle del Mantaro, más del 85% de campesinos trabaja para subsistir. ¿Cómo se puede hablar así de agricultura?".
Ellos están felices porque participan de un proyecto pionero. En la zona donde nació la patara, es la primera vez en que una comunidad campesina participa activamente para generar una nueva variedad, desde sus inicios.
Ellos están felices porque participan de un proyecto pionero. En la zona donde nació la patara, es la primera vez en que una comunidad campesina participa activamente para generar una nueva variedad, desde sus inicios.