Asaja asegura que si la Comisión Europea lleva a término su proyecto de eliminar 26 normativas sobre requisitos de calidad de frutas y hortalizas, se consagrará un fuerte perjuicio para los consumidores y los productores europeos, porque contribuirá a que la UE se convierta en el "basurero del mundo". La consecuencia sería que podrían inundar el mercado producciones hortofrutícolas sin los requisitos mínimos de calidad, lo que sería fatal para los ciudadanos compradores y también para los productores locales, que no podrían competir con las importaciones devaluadas.