En todo el mundo, los gobiernos intentan contener la agitación causada por el alza de los precios de los alimentos básicos. Algunos envían tropas para distribuir comida a barrios pobres, otros ordenan un incremento de los salarios, y hay también quienes prohiben las exportaciones de granos.
Pero muchos expertos consideran que esas soluciones son simples curas de emergencia, y lo que se requiere es repensar de manera radical cómo el mundo obtiene sus alimentos.
Sin embargo, hay una profunda división acerca de las soluciones a implementar.
Algunos expertos recomiendan revertir el proceso y hacer grandes inversiones en granjas pequeñas, en lugar de permitirles que se hundan en el mundo de libre comercio. Eso es muy diferente a lo preconizado por Estados Unidos: sacar a los ineficientes productores agrícolas de sus tierras, darles trabajo en las ciudades, y que con sus salarios compren comida barata, obtenida en campos eficazmente cultivados.
Pero muchos expertos consideran que esas soluciones son simples curas de emergencia, y lo que se requiere es repensar de manera radical cómo el mundo obtiene sus alimentos.
Sin embargo, hay una profunda división acerca de las soluciones a implementar.
Algunos expertos recomiendan revertir el proceso y hacer grandes inversiones en granjas pequeñas, en lugar de permitirles que se hundan en el mundo de libre comercio. Eso es muy diferente a lo preconizado por Estados Unidos: sacar a los ineficientes productores agrícolas de sus tierras, darles trabajo en las ciudades, y que con sus salarios compren comida barata, obtenida en campos eficazmente cultivados.