Cada pocas semanas, Gordon Elliot conduce unos 35 km hasta un pub en Chesire, recoge un barril con aceite de freír usado y vuelve a su refinería personal situada en el garage de su casa. Una vez allí, decanta el líquido y le añade unos pocos productos químicos. 24 horas después, el aceite usado está purificado, filtrado, refinado y listo para usarse en uno de los coches diesel de la familia. En vez de pagar 1.25 libras por litro, a Elliot, su propio biodiesel le sale por apenas 15 peniques, ahorrando unas 100 libras al mes. Los dos coches funcionan a la perfección y todo el material se amortiza en un año.
Elliot, un capataz de obra retirado de 79 años, forma parte de la naciente industria del biodiesel casero, nacida en respuesta al aumento del 50% del precio del combustible convencional en un año. Las empresas que construyen “reactores” de biodiesel han anunciado un boom en sus ventas, doblando también su facturación en solamente 6 meses.
David Taylor, de Ecotec Resources, la empresa donde Elliot compro su equipo para producir biodiesel casero, comenta que venden entre 15 y 20 equipos a la semana, a parte de producir unos 100.000 litros de combustible reciclado al año.
Elliot, un capataz de obra retirado de 79 años, forma parte de la naciente industria del biodiesel casero, nacida en respuesta al aumento del 50% del precio del combustible convencional en un año. Las empresas que construyen “reactores” de biodiesel han anunciado un boom en sus ventas, doblando también su facturación en solamente 6 meses.
David Taylor, de Ecotec Resources, la empresa donde Elliot compro su equipo para producir biodiesel casero, comenta que venden entre 15 y 20 equipos a la semana, a parte de producir unos 100.000 litros de combustible reciclado al año.