En este sentido, afirma que el kilogramo de patatas procedentes de Galicia se vende en origen a unos 10 céntimos/kilogramo mientras que a los supermercados de Madrid o Barcelona llega con un precio superior al euro, por lo que, denuncia, "por mucho intermediario que haya, no nos salen las cuentas".Con él coincide Jesús Esteban, gerente de la cooperativa Glus de Segovia, una de las más representativas de Castilla y León (primera comunidad en el cultivo con una superficie total de 25.000 hectáreas), quien explica que, aunque la campaña empezó bien, en este momento la patata en origen está cotizando "entre 10 y 11 céntimos" principalmente, señala, "por la fuerte competencia de países como Francia" que introducen en el mercado "mucha patata a 5 céntimos y de muy baja calidad".Esteban cita la patata lavada importada como la "gran competidora" de la española ya que, dice, al consumidor le atrae por su buen aspecto pero, al estar lavada, "pierde muy pronto sus propiedades". Además, "la luz artificial del supermercado la daña gravemente".