“Los países europeos –asegura Greenpeace– están aumentando la demanda de biodiesel para comenzar a reemplazar los combustibles fósiles que utilizan sus vehículos. Como su demanda excede su capacidad de producción, los bosques latinoamericanos serán los que necesitarán destruir para aumentar las plantaciones que son materia prima de su biodiesel”.El comunicado de la organización señala además que, a nivel mundial, la demanda de soja, maíz y otros cultivos que se utilizan hoy para consumo alimenticio y que serán ahora utilizados como biocombustible, generará el aumento del precio de los alimentos. Y que como estas plantaciones se vuelven más rentables, desplazan otras actividades agropecuarias, atentando contra la seguridad alimentaria mundial y fomentando la deforestación.