La estrategia de Braun ha sido desarrollar una abeja más pequeña, la abeja negra autóctona de La Palma, cuyo origen radica en una colmena silvestre que éste buscó adentrándose en La Caldera por el cauce del barranco Izcagua. Progresivamente ha introducido la reina originaria y sus hijas en colmenas de celdillas más pequeñas, ya que está comprobado que cuanto menor es la abeja, mejor soporta la picadura del ácaro y lo expulsa del colmenar. De hecho, entendiendo que la abeja Apis cerana convive con la Varroa en Asia desde hace mucho tiempo, surgió esta iniciativa de recuperar la abeja negra canaria pequeña, pues los agricultores recuerdan que la abeja siempre fue de menor tamaño, si bien se trabajó para que creciera y produjera más kilos de miel. El eficaz método rechaza el empleo de la química, evitando productos como Apistán o Bayvarol, el ácido fórmico o ácido láctico.