El frío extremo ha devastado el sector ganadero en Afganistán, matando más de 300 000 animales desde finales de diciembre pasado y afectando seriamente a los medios de subsistencia de la población. Los elevados precios del petróleo, del aceite vegetal y de los cereales están agravando la vulnerabilidad de las familias pobres, disminuyendo su acceso a los alimentos.Según un reciente informe de la FAO, las condiciones meteorológicas invernales más duras en casi 30 años han causado la muerte de más de 800 personas, y muchas otras, sobre todo pastores y sus familias, han sufrido graves congelaciones que han requerido amputaciones con su secuela de invalidez.Los alimentos y los suministros médicos escasean, ya que las carreteras en las zonas remotas permanecen bloqueadas por las intensas nevadas. En las zonas más afectadas, los cultivos de invierno han resultado gravemente dañados, en especial las hortalizas, que son la principal fuente de alimentación durante los meses invernales.