Bruselas aduce que el sector ganadero europeo, que constituye la mitad de la producción agrícola en la Unión Europea, aumentará su competitividad al beneficiarse de nuevas normas actualizadas y más modernas, mientras que los dueños de mascotas podrán conocer mejor las sustancias empleadas en la fabricación de alimentos compuestos para mascotas. Asimismo, considera que la industria dedicada a producir comida para animales, que mueve anualmente 50.000 millones en la UE, podrá ser más innovadora gracias a los cambios impulsados por la nueva normativa propuesta.