Francia ha publicado un informe del Senado sobre el sector ovino en Francia con el título de “Regresemos a nuestras ovejas: un imperativo para nuestros territorios y nuestro país”, donde se destaca:
La producción de carne ovina, que posee ventajas evidentes en términos económicos, sociales y medioambientales, permite desde tiempos inmemoriales el mantenimiento de espacios a menudo frágiles que, en otro caso, se convertirían en eriales. Hoy en día se trata de un sector marcado por las paradojas.
La producción nacional está disminuyendo y no permite hacer frente a las necesidades, obligando a Francia a importar el 54% de su consumo. Sin embargo, Francia dispone de suficiente territorio y capacidad, no sólo para cubrir holgadamente su demanda interior, sino incluso para exportar un eventual excedente.
Además, las ayudas al sector en el ámbito del primer pilar son mucho menores a las de otros sectores, mientras que sus resultados están entre los menos favorables del conjunto de sectores primarios. Finalmente, los ingresos económicos de los ganaderos son actualmente, y desde hace mucho tiempo, de los más bajos del sector agrícola, mientras que los precios de venta de la carne ovina están entre los más elevados.
La producción de carne ovina, que posee ventajas evidentes en términos económicos, sociales y medioambientales, permite desde tiempos inmemoriales el mantenimiento de espacios a menudo frágiles que, en otro caso, se convertirían en eriales. Hoy en día se trata de un sector marcado por las paradojas.
La producción nacional está disminuyendo y no permite hacer frente a las necesidades, obligando a Francia a importar el 54% de su consumo. Sin embargo, Francia dispone de suficiente territorio y capacidad, no sólo para cubrir holgadamente su demanda interior, sino incluso para exportar un eventual excedente.
Además, las ayudas al sector en el ámbito del primer pilar son mucho menores a las de otros sectores, mientras que sus resultados están entre los menos favorables del conjunto de sectores primarios. Finalmente, los ingresos económicos de los ganaderos son actualmente, y desde hace mucho tiempo, de los más bajos del sector agrícola, mientras que los precios de venta de la carne ovina están entre los más elevados.