viernes, 25 de marzo de 2011

La gestión ecológica del arroz aumenta un 95% su productividad


Queda probado el éxito del proyecto paneuropeo que en 2006 buscaba reducir las elevadas pérdidas de arroz debido a las plagas de insectos y hongos. Gracias a los métodos de gestión de las cosechas libres de pesticidas tóxicos, se ha logrado reducir en un 95%  los daños y mejorar la calidad de este alimento básico para la mitad de la población del planeta.


La subsistencia de 3.000 millones de personas depende del arroz, un cereal proclive a sufrir los efectos de las plagas y que se vuelve resistente a los pesticidas. Mediante el trabajo en equipo de investigadores de Portugal, España, Alemania, Grecia, Israel y Estados Unidos, se ha logrado la solución sostenible que resuelve este problema.
El enfoque integrado consiste en tres tecnologías clave: trampas electrónicas para insectos que permiten a los productores estimar el número de ellos en los silos de almacenamiento de arroz, la aireación o refrigeración de los silos para retrasar el desarrollo del insecto, y “atmósfera modificada” con el uso de dióxido de carbono o gas nitrógeno, de nuevo para frenar el desarrollo de plagas. “La principal novedad de este proyecto es que pone en conjunto las diferentes tecnologías”, explica Shlomo Navarro, de Food Technology International Consultancy Ltd y colaborador en el proyecto. “Además del arroz, el método puede utilizarse también con otros granos”, añade. "Las trampas de insectos electrónicos son nuestros ojos dentro de los silos de almacenamiento", dice. El paso siguiente es automatizar las trampas y, cuando un insecto quede atrapado, el gestor de almacenamiento alertaría mediante mensaje de texto.
La impulsora de este ambicioso proyecto ha sido Maria Otilia Carvalho, investigadora del Tropical Research Institute en Portugal, con el fin de ofrecer al mercado un alimento más limpio y seguro, libre de sustancias tóxicas. Gracias a la beca de Eureka se hizo realidad y ahora recoge sus frutos en India, al tiempo que varios países en desarrollo, como Brasil, Argentina y Mozambique, muestran su interés en el método. De hecho, la mayoría del arroz se consume en Asia, Latinoamérica  y África.
A medida que la población mundial crezca, la demanda de arroz aumentará entre unos 8-10 millones de toneladas anuales, según las estimaciones del International Rice Research Institute. Maximizar las cosechas minimizando los desechos es una manera de lograrlo.
Por otro lado, el sistema podría ser de gran ayuda para los pequeños agricultores africanos, que podrían lograr un precio mejor por sus cosechas. La recomendación de Navarro para estos agricultores de subsistencia con los que trabaja, y que consumen la mayor parte de sus propios productos, es que a partir de ahora almacenen sus excedentes de arroz dentro de la comunidad hasta que el precio sea rentable. No inmediatamente después de la cosecha, cuando el precio de mercado es el más bajo.