martes, 25 de marzo de 2008

Un científico del gobierno británico pide que se calculen bien los riesgos de los biocarburantes

Algunos combustibles biológicos, como el etanol y el diesel derivados de plantas, se barajan como alternativa a los carburantes convencionales para reducir las emisiones a la atmósfera de dióxido de carbono, pero cada vez más científicos argumentan que su cultivo es más perjudicial que ventajoso para el entorno natural.
Preguntado sobre la introducción de la orden de obligatoriedad en las gasolineras británicas, Watson recomendó "esperar hasta que se completen los estudios". Su llamamiento coincidió con la difusión de una carta de las principales organizaciones ecologistas y de cooperación del país a la ministra de Transportes, Ruth Kelly, en la que advierten de los peligros del combustible biológico.
Objetivos a toda costa
Según las ONG, entre las que se encuentran Oxfam, Greenpeace o Friends of the Earth, es muy arriesgado obligar a los conductores a poner gasolina biológica en sus coches cuando aún se desconocen los efectos de estos combustibles, cuyo cultivo está causando estragos en algunos países productores.
"Deben anularse estos objetivos. Perseguirlos a toda costa sin tener en cuenta las consecuencias para el clima sería increíblemente temerario", afirmó el asesor científico de Greenpeace, Doug Parr